Redacción | Madrid | 18 de mayo de 2016 | Fotos: unsplash.com

“La palabra positiva deja una latencia emocional que hace que pongamos más atención”, es decir, que si acompañas tus instrucciones con palabras positivas, tu equipo prestará más atención y tendrás más probabilidades de realizar una tarea con éxito. Esta es una de las claves que dio José Luis Hidalgo, formador en la consultora El Jardín de Junio, este martes 17 de mayo en la jornada que organiza Empresas Saludables sobre diferentes aspectos relacionados con la gestión de personas, la prevención de riesgos laborales, la manera de liderar o la responsabilidad social empresarial. Hidalgo habló a los asistentes sobre el lenguaje más adecuado para conseguir los resultados deseados. Su consultora ha investigado en diferentes grandes empresas sobre los efectos de las palabras en los empleados y han descubierto, entre otras cuestiones que el lenguaje positivo acelero la toma de decisiones. Por el contrario, lo que él denominó como frases killer, son las que impactar negativamente en el oyente.

Desde El Jardín de Junio, según nos cuentan en Empresas Saludables,  se plantearon cómo las palabras de ánimo y desánimo pueden influir en nuestro cerebro. Esta investigación arrojo el resultado que mencionaba el ponente sobre las expresiones verbales de ánimo (emociones positivas): sin ser conscientes de ello, antes de los 100 milisegundos, un contexto emocional inducido a través del lenguaje positivo es capaz de aumentar la atención hacia el estímulo. El ponente reconoció también durante su exposición que el lenguaje se empobrece cuando estamos sometidos a momentos de estrés, muy habituales en la hostelería. “El lenguaje es un acelerador para incrementar lo que quieran en la vida. Los resultados, la satisfacción, la alegría, las relaciones”, explica José Luis Hidalgo. El lenguaje tiene efectos inmediatos cuando somos conscientes del uso que hacemos de él.

¿Quieres vivir más? Otra de las conclusiones sobre el uso del lenguaje positivo es que existe una relación directa entre palabras positivas y longevidad: en 2012 Sarah D. Pressman y Sheldon Cohen publicaron una investigación sobre las palabras que influyen en nuestros estados emocionales y físicos hasta tal punto que mejoran nuestra calidad de vida y aumentan nuestra longevidad. Aprovechando una colección de libros sobre historia de la psicología y autobiografías, los dos investigadores analizaron 88 autobiografías de psicólogos ya fallecidos. Concluyeron, a través del recuento de vocablos y otras variables psicológicas, que la relación entre palabras que expresaban emociones positivas y años de vida era evidente.